Importancia del lenguaje que utilizamos para con nosotros mismos
Este tema lo podemos unir tranquilamente con la explicación de nuestra forma de funcionar psicológicamente. En general, cada ser humano se maneja con tres niveles de conducta interrelacionados, y son: el pensamiento, la emoción y el comportamiento. Son sistemas que determinan nuestro funcionamiento, siendo el pensamiento el motor de los dos restantes.
Existe una relación profunda entre el pensar y el sentir. Por eso, ante hechos similares, las personas nos sentimos y reaccionamos de forma diferente. Ejemplos hay miles, donde se refleja esta diferencia: el matiz está en como interpretamos y que significado damos a las cosas que nos pasan cotidianamente. Es una cosa fácilmente comprobable, aunque dicho sea de paso, el poder identificar los pensamientos propios no es tarea fácil, toda vez que hablamos de un ente abstracto y no tangible, por lo que tenemos que entrenarnos en este menester. Una vez que conozcamos algo más nuestra cabeza y nuestra forma de pensar, estaremos en disposición de propiciar el manejo de la misma a nuestro antojo, y abastecernos de más pensamientos positivos y constructivos. Esta, es una de las claves de la felicidad, redireccionar las cosas que nos decimos para sentirnos lo mejor posible. Es aquí donde encontramos la importancia de nuestro lenguaje interno, que está intimamente relacionado con nuestro pensamiento.
Resumiendo, la primera tarea es identificar nuestros pensamientos más negativos y distorsionados, aquellos que nos hacen sentir mal y después cambiarle la frase. El pensamiento es una hipótesis de la realidad que se representa por frases mentales. Siendo así, apliquemos un lenguaje distinto y más positivo, para cambiar el sentido de nuestras emociones. Yo siempre he sido partidario de utilizar papel y lápiz, de cara a plasmar dichas frases, que son la clave de nuestro bienestar emocional. Es lo que se llama operativizar el pensamiento.