Programa Antitabaco
Recordar, en primer lugar, que ya se introdujo el tema en el artículo anterior. Hoy haremos el ejercicio de imaginarnos que somos fumadores y deseamos dejarlo, contando con la ayuda de un profesional que nos marque el camino. Evidentemente, solo también se puede y hay gente que lo consigue de ahora para después, pero de la otra manera, hay más probabilidad de éxito. Esto es un hecho demostrado, ya que el psicólogo nos da la herramientas necesarias, no solo para la interrupción momentánea, sino también para el mantenimiento y la no recaida. Vamos a intentar llevar a cabo una especie de simulacro de programa, contando sus distintas fases y las sesiones que lo componen.
Decir que, desde mi punto de vista, 8 sesiones de terapia pueden ser suficientes para conseguir el objetivo final, donde uno suministra conocimientos y técnicas y el otro, las aplica:
1.- Explicación del modelo a utilizar. Modelo cognitivo-conductual, donde el peso de los pensamientos asociados al fumar es fundamental. Hay que irlos desmontando uno a uno.
2.- Asegurarnos de que la motivación de superar la adicción es verdadera y sincera. Es un punto clave, ya que determina el grado de compromiso, el esfuerzo y la disciplina.
3.- Evaluar y valorar el patrón de consumo diario del fumador, así como establecer una historia del consumo y las intentonas de dejarlo (si es que las ha habido). Este punto es importante que sea completo, ya que es el que marcará la intervención.
4.- Comunicar la decisión a nuestro entorno, y recabar el máximo apoyo y comprensión posibles. Sin la complicidad de los nuestros, es más complicado.
5.- Evitar lugares de riesgo, es decir, aquellos donde más nos apetecía fumar. Hablamos de un cambio en nuestro estilo de vida, que incluye la práctica de ejercicio o deporte de forma reglada.
6.- Tener claro que se puede. De igual manera que caímos en la dependencia, se sale de ella sin experimentar temor alguno. Hay mucho falso mito en torno al poder de la nicotina y solo es eso, un mito mal construído. En la medida que vayamos reduciendo la dosis diaria, nos daremos cuenta que cada día la echaremos menos en falta. Debemos discutirnos a través de la lógica los pensamientos incitadores a fumar, y que nos generan resisitencia.
7.- Aprender técnicas de desactivación (relajación, respiración lenta, etc) y tener alternativas a mano cuando más intensa sean las ganas de fumar. Lo que los ingleses llaman el CARVING o urgencia por consumir.
8.- Ir reduciendo paulatinamente el número de cigarrillos fumados cada día, con el fin de ir quebrando la dependencia física, así como la superficie de cada cigarriillo (no fumarlo entero).
9.- Empezar por aquello que sean menos necesarios y terminar por los de más difícil manejo.
10.- Tener la mentalidad de que podemos vencer AL DIABLILLO que gobierna nuestro cerebro en los casos de adicción.