AUTOCOMPASIÓN
Entendida desde un punto de vista positivo y favorecedor del ser humano. Podemos definirla como aquella capacidad o habilidad interna que nos permite aceptarnos a nosotros mismos tal como somos, considerando como parte nuestra los fallos, los errores y las debilidades de carácter que acompañan nuestro caminar por esta vida. Por supuesto, también permite que estemos de acuerdo con nuestras fortalezas y potencialidades (esto es más sencillo).
Esta forma de aceptación personal, se desmarca totalmente del significado peyorativo que se le atribuye al término, es decir, el que entiende la autocompasión desde la óptica de LA LÁSTIMA. Nada que ver. Darnos lástima si que sería un error ya que nos ancla a una realidad negativa que no podemos superar, y esto es mentira: el ser humano puede hacer lo que se proponga, hasta donde nos permita la lógica de la vida. No somos SUPERMANES, pero si tenemos margen para conseguir nuestros objetivos.
La autoaceptación o autocompasión es el primer paso, ya que nos da sentido de valía y por tanto, de competencia personal y, por ende, de autoestima robusta. Lo contrario a esta cualidad es LA CRÍTICA PATOLÓGICA. Huyamos de ella, ya que nos machaca, nos bloquea y nos recuerda en todo momento que no podemos, que somos imperfectos y que no hacemos más que meter la pata. Estar atentos a los que nos decimos internamente, porque de ello depende nuestra felicidad. Por ello, PERMITIRNOS LA COMPASIÓN HACIA NOSOTROS Y HACIA LOS DEMÁS, Y SACAR DE NUESTRA CABEZA LA AUTOCRÍTICA INMUNDA, QUE SOLO NOS HARÁ DESGRACIADOS.