Y OTRA VEZ EL COLE
Como cada año por estas fechas toca cambiar el chip y reorientarse hacia el comienzo del curso escolar, y lo que ello representa. Afecta a los padres y a los niños, no digo por igual, ya que los segundos tienen menos recursos para aceptar el cambio que se genera en su vida. No conozco a nadie que le parezca divertido volver al trabajo después de unas cuantas semanas tirado a la bartola. Pues pongámonos por un instante en la cabeza de un niño, al que le toca pasar del juego y la relajación al cumplimiento de una serie de horarios y actividades más o menos estrictas. Esto requiere una fase de adaptación o transición, que si no se lleva a cabo puede provocar mayor dificultad si cabe. Cabe también el supuesto de que el verano se haya hecho demasiado largo y tedioso y el niño encuentre más beneficios que otra cosa. De hecho el día del encuentro con el ambiente escolar suele caracterizarse por emociones contradictorias.
¿DE QUÉ FORMA DEBEMOS PREPARAR LA VUELTA AL COLE?
- Con un par de semanas de antelación
- Asimilar y hacer simulacro de horarios para comer y dormir
- Toma de contacto con libros o tareas de una forma relajada
- Participar en el proceso de compra, forraje de libros, material necesario, etc
- Perfilar las tareas extraescolares
- Plantear encuentros con aquellos compañeros más cercanos
- Recordar lo positivo del curso anterior
- Los padres deben ser empáticos, flexibles, no exigentes y pacientes, al menos, durante la primera semana.