CONVIVIR CON EL DOLOR
Con el dolor físico y emocional. Vamos a enfatizar en el presente artículo el primero, ya que está demostrado la influencia que la psicología tiene en el devenir del mismo. Cuando una persona es diagnosticada con respecto de una enfermedad física o médica, es que, efectivamente, padece algún problema de índole estructural, es decir, que nuestro cuerpo, tiene alguna fisura o lesión que nos produce malestar. No hablamos de invenciones ni de somatizaciones (eso lo trataremos más adelante). Hablamos de enfermedad, testada con pruebas diagnósticas, analíticas, etc.
Puedo referirme a enfermedades cerebrales, musculares, esqueléticas, metabólicas, las que sean. La psicología tendrá siempre algo que decir, en referencia a como llevarlas o afrontarlas de la mejor manera posible. Conozco un caso reciente, en el que un amigo fue diagnosticado de una distonía craneal que le interfería bastante en la conducta masticatoria y del habla, hasta el punto que estas dos funciones básicas para la vida estaban en muy mal estado. Qué podemos pautarle a esta persona para que no se sienta limitado y pueda normalizar su día a día:
1.- Aceptar la enfermedad. Está ahí y va a estar de forma crónica.
2.- Mi objetivo va a ser convivir con ella, sin que limite mi vida.
3.- Gran importancia de la actitud que adopte para combatir los malos momentos, sabiendo que se van a dar.
4.- Si tengo creencias y pensamientos combativos "yo soy más fuerte y no podrá conmigo", podremos comprobar el resultado.
5.- Relativizar los PICOS: estoy teniendo problemas, pero son más lo buenos momentos.
6.- Ser objetivo y realista, y huir del drama y la exageración.
7.- Pensar que pudo ser peor, y con lo que tengo y mi predisposición, puedo tener una vida plena.
8.- Apliquemos estos principios y no tengamos miedo.