EL PERDÓN PARA CON UNO MISMO
En no pocas ocasiones, y sin ser conscientes de ello, nos fustigamos sin compasión ante decisiones, pensamientos, intenciones y acciones que llevamos a cabo en nuestra vida cotidiana. El problema es el desconocimiento que sobre ello tenemos, ya que el lenguaje utilizado en esas ocasiones es tremendamente subliminal, aunque el daño en nuestra integridad es el mismo.
Debemos aprender a identificar las frases críticas que nos decimos ante un fallo, una mala acción, un miedo inafrontable, un reto o una evitación, para darle la respuesta que nos dulcifique y que disminuya el malestar que sentimos en esos momentos. En lugar de atacarnos sigilosamente, recuerden que somos a quien primero debemos respetar y considerarnos buenas personas, y de esta manera, colocar delante nuestra, una especie de parachoques que nos proteja ante tanta tentación de maltratarnos con nuestra palabras y pensamientos. Nada justifica el que no podamos perdonarnos ante un error cometido. Todo lo contrario, aceptamos nuestras imperfecciones y limitaciones, y fabricamos el diálogo del perdón y del aprendizaje. No debe quedar en la teoría, y vamos a ponerlo en práctica a partir de ya. De ti depende el tratarte con amabilidad y respeto.