FATIGA PANDÉMICA
Después de tanto tiempo padeciendo los efectos globales de esta crisis sanitaria, las personas comenzamos a reaccionar negativamente ante semejante presión. Nuestros sistema inmunitario merma en su función protectora y se producen los correspondientes desajustes físicos y psicológicos: el miedo a enfermar, a morir, la incertidumbre generada día tras día, la restricción en el movimiento y el cambio de rutina tan brutal, han hecho mella en nuestro cerebro, que actúa encendiendo todas las alarmas defensivas y poniéndonos en una situación difícil de soportar por más tiempo.
La fatiga es mental y física y afecta a nuestras capacidades mentales y fisiológicas: sobreansiedad, problemas de concentración, hábitos no saludables,alteración del sueño, desgana, tristeza e indefensión.
¿QUÉ PODEMOS HACER ANTE ELLO?
1.- Información la justa y de carácter científico
2.- Actividad física regulada, ejerce de ansiolítico y antidepresivo; está demostrado; la química de nuestro cerebro lo agradece al instante
3.- Higiene del sueño y no expectativa de insomnio; si vemos que nos supera, consultar con un profesional; la melatonina puede ser una buena solución y no tiene ningún tipo de efecto perjudicial.
4.- Vamos a autocuidarnos y a tratarnos como merecemos; vernos bien y guapos nos devuelve una imagen positiva de nosotros mismos, que se proyecta hacia los demás.
5.- Regula tus emociones a través de la respiración, la relajación, meditación, mindfulness o cualquier actividad que te serene. Consulta en redes y encontrarás prácticas diversas.
6.- Embellece tu casa y cultiva tus relaciones sociales.
7.- Cuida tu lenguaje interno y la forma de hablarte; esto es más importante de lo que uno piensa.