APRENDIENDO A RELATIVIZAR LAS COSAS
En cuantas ocasiones del día a día hemos tenido la sensación de estar exagerando lo que nos pasa, dándole una dimensión que está muy por encima de la importancia el evento en cuestión. Sencillamente estamos "dramatizando" y esto tiene unas implicaciones o consecuencias emocionales, a modo de ansiedad, estrés y angustia. No olvidarnos nunca de la relación indisoluble que existe entre nuestro pensamiento y nuestras emociones. Solemos sentirnos mal, no debido a lo que nos está sucediendo, sino a la importancia desproporcionada que le damos. Por lo tanto, vamos a enumerar una serie de pautas con el fin de "quitarle hierro" a la mayoría de las situaciones cotidianas.
1.- Relativizar en lugar de dramatizar
2.- Hablar en términos de porcentajes y no de manera radical
3.- ¿Cuánto de malo es lo que me está pasando?
4.- Clasificar el problema y darle un rango objetivo. No convirtamos un fastidio en una cosa horrible
5.- Vigilar nuestro relato, es decir, lo que nos estamos diciendo en torno a un posible estresor. Así podremos darnos cuenta de lo irracional que estamos siendo
6.- Modificar nuestro estilo preocupón y rumiativo. No conduce a nada
7.- Ser conscientes de que la inmensa mayoría de las cosas a las que tememos no atentan contra nuestra integridad
8.- Vivir sin miedo injustificado