Papel del psicólogo en nuestra sociedad
Cada vez va cobrando más importancia; no es que antes no la tuviera, es que en estas últimas décadas es cuando ha asomado la cabeza y se ha hecho más visible. No es fácil imaginarnos una sociedad desabastecida de psicólogos, por cuanto su participación se hace manifiesta en diferentes áreas de nuestro funcionamiento: la clínica, laboral, en el mundo del deporte, en los colegios, en peritajes de todo tipo, etc; por ello, decimos que se está haciendo cada vez más imprescindible. Otra cosa, es que le demos la importancia que tiene.
¿CÓMO PODRÍAMOS DEFINIR A UN PSICÓLOGO?
De forma simplista, lo catalogaríamos como un profesional que se ocupa de la conducta humana en sus diferentes vertientes, que posee los conocimientos suficientes que le da la investigación, para evaluar, valorar y abordar las diferentes problemáticas que puede padecer una persona a través del proceso de terapia; yo, particulamente, me he dedicado siempre a la psicología clínica, y por tanto, he canalizado mis esfuerzos y conocimientos a ayudar a los pacientes que padecen trastornos de índole psicológico, o simplemente, personas que se ven superadas a la hora de afrontar problemas y estresores que nos depara la vida; si se ve algún indicio, de que nuestros recursos no son suficientes para vencer determinadas situaciones y la predicción futura va en esta diección, recomendaría pedir cita con un profesional, para no dilatar una situación de sufrimiento, que puede ser minimizada en poco tiempo.
Básicamente, nuestros malestares dependen de las circunstancias de la vida, pero en gran medida de nuestros pensamientos e interpretaciones que hacemos de los eventos diarios; por lo tanto, si nuestra forma de pensar está presidida por la irracionalidad y la distorsión, tendremos muchas posibilidades de sentirnos mal; ahí es donde interviene el psicólogo, con su arsenal de técnicas y conocimientos, para darle al paciente una nueva forma de ver las cosas y sobre todo, darle alternativas válidas a los pensamienetos negativas que inundan nuestras cabezas; esto lleva un proceso de explicación del modelo en el que funcionamos, de discusión y de aplicación de las técnicas correspondientes.