Partimos de la base de que nos encontramos en una situación mucho más alentadora de la que teníamos hace un tiempito en relación a la pandemia por el corona virus. A su vez, los residentes en Canarias podemos estar de enhorabuena, ya que la afectación ha sido mucho menor que en el resto del territorio nacional. Este dato es bueno reseñarlo, porque sin duda, va a darnos una idea menos dramatizadora del problema y por tanto, tiene su influencia a la hora de encarar la fase en la que nos encontramos en este momento y la vuelta a la tan famosa "nueva realidad".

Dos conceptos y estados que están en contradicción directa: el adolescente necesita campo y el confinamiento se lo está impidiendo por un largo periodo de tiempo.

La adolescencia es una etapa crucial en el crecimiento personal del individuo, donde se pasa de la niñez a la juventud en un periodo de tiempo de 7 u 8 años.

El adolescente, por lo general, es narcisista, egoista y egocéntrico. No es algo personal, es la etapa vital. Necesita libertad y vive con gran necesidad la pertenencia a su grupo de referencia y a su pandilla. Por esto, decimos, que posiblemente los más damnificados de este proceso, sean ellos. Para más INRI, en la desescalada, tampoco se especifica muy bien que es lo que pueden hacer.

Es una de la actividades recomendadas para niños y adultos en esta época de nuestra vida que nos tocó vivir. Debemos insertarla en nuestro programa de actividades diarias, ya que es una buena oportunidad para practicarla de forma relajada, fuera de las tensiones lectivas, y de paso, potenciamos una de las habilidades educativas básicas, tan necesaria para posteriores aprendizajes.

Vivimos tiempos convulsos, en los que lo inimaginable está ocurriendo a modo de pandemia. Quién podía pensar que un virus traería en jaque a la humanidad y a cada individuo en particular. Sin tiempo para asimilar esto, nuestras vida ha dado un giro de 360 grados. Estamos confinados por orden gubernamental para parar la epidemia, no hay otra manera. Esto supone, que provisionalmente, tengamos que adaptarnos a vivir sin ver la calle, y lo que es peor, sin poder relacionarnos con la familia y amigos.