Evidentemente nos referimos al nacimiento de un bebé en el seno de una familia donde ya hay algún otro niño. Por motivos didácticos, partiremos del supuesto de que el niño en cuestión es aún pequeñín, por lo que se pisa las necesidades con el recién nacido y es donde el escenario familiar se complica un poco. Pongamos que tiene entre 2 y 5 años. Decimos que el escenario se complica por la mala digestión que el niño/a suelen hacer de la nueva situación, en el sentido de que se le resta atención y disponibilidad por parte de los padres. Este hecho es entendible, ya que el bebé requiere de atención y cuidado las 24 horas. En el presente artículo, intentaremos dar pautas y consejos a padres que se encuentren viviendo este momento, ya que para ellos no es fácil manejar ciertas conductas del menor asociadas con el nacimiento: conductas disruptivas, desobediencia, conductas regresivas, etc.
En el artículo precedente informamos acerca de este fenómeno tan lastrante que ocurre en el contexto educativo y que deja al cabo del año, a muchos niños inocentes al borde del abismo psicológico. Recordar que hablamos de hostigamiento de un uno o varios alumnos en contra de un compañero que se entiende como víctima de este proceso, durante tiempo indefinido, y que se traduce en acoso, tanto moral como físico. En muchas ocasiones pasa desapercibido, o teniendo conocimiento, no se toman las medidas oportunas. En este artículo, focalizaremos la atención en las pautas que deben seguirse, por parte de los padres, para solucionar o minimizar los efectos de este problema.
Definimos como BULLYiNG al acoso y hostigamiento de unos sobre otros en el contexto escolar. Necesariamente, para que se de este fenómeno, tiene que haber un acosador o grupo de acosadores y una víctima que es la que sufre la conducta hostil. Es un hecho que se ha dado en todos los tiempos, pero como pasa en otros casos, es ahora cuando se ha puesto el foco en el mismo. Los centros escolares van tomando conciencia acerca de esta gran problema y, dentro de sus posibilidades, se esfuerzan en mediar en el conflicto para intentar minimizar daños, o bien para detenerlo totalmente.
Es un mal que parece extendido en nuestra realidad, y que lo propician en un porcentaje importante los padres y la propia filosofía de vida que influye sobre nuestras ideas. No es mi intención culpabilizar a nadie. Solo digo que, si exigimos más de la cuenta a nuestros hijos, posiblemente su rendimiento sea menor del esperado, ya que la ansiedad derivada, interfiere claramente en el desempeño de la función académica.
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